viernes, 5 de septiembre de 2008

La Obra

Una tarde cualquiera.
Delante de un plato de pasta.
Esfuerzo.
Tristeza.
Pero al final lo termina.
Y entonces se dirige a la habitación. El sigue tumbado, boca arriba.
Su estado cada vez más evidente.
El hedor inunda la estancia.
Ella pinta su cara con maquillaje.
Y le da un poco de pegamento extrafuerte en los labios, para que no se separen.
Lo tapa con la manta y sale de la habitación.
Se tumba en el sofá, a componer.
Y así crea la obra de su vida.
Su obra maestra.
Pasiva, deprimida.
Desganada, muy oscura, tenebrosa.
Pero es su obra maestra. Es autentica. Nada pretenciosa.
Nunca más podrá tocar algo así, ni parecido.
Sus dedos no le obedecerán así nunca más.
Y ella sale de casa y coge un autobús.
Sin saber qué acaba de crear.
Sin saber que es el último día de su talento.
sin saber que al volver la música habrá desaparecido.

Portada Editar 26 agosto 2008 0 comentarios votación: 10

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