viernes, 5 de septiembre de 2008

Cucurrucucú Paloma

He pasado la tarde entera pensando.
Mirando por la ventana para volver a admirar aquel paisaje.
Ese paisaje que durante unos pocos años había sido simplemente apartado. Pero que ahora, ante la nueva aventura que se presenta ante mí ha vuelto, otra vez, para revolverme la tripa.
La niñez otra vez ahí, delante de mí. Y todo igual. Me encanta pensar que en cualquier momento, cualquier día, cualquier año, volveré a fijar mi mirada en ese paisaje, y sentiré la tranquilidad de que el tiempo no pasa nunca. El viento seguirá haciéndome respirar. Seguirá siendo frío como siempre. Especial. Y espero sentir otra vez esas ganas tan fuertes de llorar. Tristeza, melancolía, una extraña felicidad y unas ganas horribles de abrazar a todo el mundo.
Vaya día.
Parece que no ocurre nada y ahora, solo recordándolo se mueven las letras, refrejadas en mis gafas. Miro a mi alrededor y sé que todo esto habrá desaparecido en nada y solo espero no olvidarlo nunca.
No olvidar mis días de niña, porque han sido días de niña féliz.
Niña tímida.
Niña con miedo, niña llorona. Llorona también ahora, ahora que soy mujer.
Me ha gustado el día de hoy. Me ha gustado sentir que me he hecho mayor y que a la vez sigo siendo la zampabollos de siempre.
Me ha encantado seguir riendo, seguir sonriendo.
Siempre inocente, siempre sensible, pero con más fuerza cada día para dar el gran salto.
Tengo ganas de comerme el mundo. Y tengo ganas de que todos puedan disfrutar conmigo.
Si algún beorburutarra pasa por aquí, muchas gracias. Espero pasarme por el picadero para gritar a los cuatro vientos con mi acento madrileño.
Muxu bat.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuanta nostalgia esparcida en un texto de unas cuantas palabras...verdad?...



ay! nostalgica zorra ^^